jueves, 11 de junio de 2009

Amor de una noche...

Abre los ojos y se encuentra en un lecho de amor diferente al de días anteriores; el sol resplandece y, un rayo de luz ha penetrado en la habitación, es como si éste le recordara que aunque esa era una mañana diferente, las emociones iban a ser las mismas, hastío por aquel hombre al que se entregó la noche anterior y frustración por no encontrar el sentimiento anhelado.

Es hora de marcharse, ella lo mira y, suavemente se desprende de los brazos de aquel – ¡Qué noche tan placentera¡- se dice a sí misma, mientras trae a su memoria cada uno de los detalles de aquel acto vano, en donde mientras hacían el amor, pretendían entregarse el uno al otro, aún sabiendo que al día siguiente tan solo serían un par de extraños, que se conocieron en un bar y luego de unas cuantas palabras, en medio de licores y caricias furtivas, desamaban con vehemencia poseerse el uno al otro.

Continuaba observándolo y, una sonrisa irónica se dibujó en su rostro, recordó que en un instante de excitación él le dijo –¡Te amo!-, realmente no presto atención, pero en aquel momento en que lo veía dormido le causaba gracia, ¡Qué ingenuo e iluso!, pensar que en una noche podría llegar a amar -¡Imposible!-, y nuevamente lo llamo ingenuo.

En verdad se encontraba cansada, deseaba quedarse recostada pero, con un desconocido jamás, así que tomó sus ropas, se vistió rápidamente y cuando estaba por salir regresó a maquillarse, se dirigió a espejo, pintó sus labios de color escarlata de manera suave delicada, luego, vio con nitidez en el espejo, lo que la gente llamaría una mujer de mirada apasionada pero a la vez solitaria, reflexionó un instante, se dio cuenta de que las cosas no eran así pues, ese día nuevamente iría a su casa como tantas otras veces, tomaría un baño, leería un libro, dormiría y al llegar la noche ya no estaría tan sola como los otros pensaban, en la noche estarían ella, su pasión y el nuevo amante; terminó de maquillarse y al marcharse dijo en voz baja -hasta pronto- aún sabiendo que nunca más lo volvería a ver, pues había otros como ella, como él, a quien dar amor y esperar amor del que ella estaba acostumbrada, el de una noche, el fugaz, el efímero.

Cerró la puerta y se fue caminando por las calles de la ciudad, en donde probablemente estaría su próximo amante

4 comentarios:

  1. Muy linda la inspiracion y la comparacion... En algun momento todos llegamos a ser aquellos amantes q solo sueñan con una noche sin reproche y una amanecer sin culpa... Me gusta la pasion del tema y la forma tan sutil de mostrar la realidad!

    ResponderEliminar
  2. y ahora la noche continuara que hacer despues....que nota mas compleja llena de realidad...compleja porque no hay respuesta si hubiera incognitas a esto!!!!! y metida en la realidad porque a quien no le a pasado no en la noche de tragos en un bar si no una simple experiencia que quisieras que siga pero sabes que se acabo en menos de lo ´pensado...lo mejor fue aprovechar mientras se pudo no????

    ResponderEliminar
  3. Cuando se busca el amor el corazon se encuentra embriagado de pasion, sin tener razon de su dolor en soledad; ya que el silencio fulminante de su ultimo latido solo espera ser escuchado por alguien para sentir que esta vivo...
    La luna se trasforma en un faro que solo ilumina a aquellos de corazon silencioso, luna que vas muriendo con ellos en cada beso entregado en tu nombre, ya que tu eres su guia, su vida, su pasion.
    Y es asi como el silencio del corazon canta en noches de luna muerta y febril para estrechar dos cuerpos al azar que no quieren descansar hasta ver al sol arrullar su dulce pezar...

    muy chevere tu blog ya quiero tener el mio para mi solito...
    besos tkm

    ResponderEliminar
  4. Oye...bkn bkn...lastima que eso no pase aqui...Es Ecuador...solo en los escritos...jajajaj...buenazo tu escrito...

    ResponderEliminar